Una de las asignaturas que estudiamos desde el primer curso de criminología
es la victimología. Según la definición que se hizo de esta ciencia en el 1?
Simposio Internacional de Victimología, organizado por la Sociedad Internacional
de Criminología en 1973 en Jerusalem, "victimología es el estudio científico de
la víctima de un delito". Para los criminólogos la víctima tiene un gran
protagonismo en el estudio de la llamada "pareja penal", esto es el delincuente
y la víctima del mismo. Tanto es así que algunos autores aseguran que la
responsabilidad de la víctima en cierto tipo de delitos puede ser igual, e
incluso superior, a la del mismo delincuente. Así, los criminólogos hablan de
víctimas predispuestas, atraídas, voluntarias, culpables, destinadas, etc.
Con el tiempo la victimología ha terminado por constituirse como una ciencia con
cuerpo propio, que tiende a desligarse da la criminología. De hecho, si en 1973
la Sociedad Internacional de Criminología organizó en Jerusalén el primer
Simposio de Victimología, en 1975 se constituyó en Bellagio el primer Instituto
Internacional de Estudios sobre Victimología, en 1976 apareció la primera
revista especializada: Victimlogy: an International Journal, creándose poco
después la Sociedad Mundial de Victimología. Tanto el Consejo de Europa (en 1983
y 1985) como las Naciones Unidas (1985) han desarrollado iniciativas en este
sentido, sin embargo, existe un tipo de delitos, en los que la víctima juega un
especial protagonismo, que hasta ahora no han sido convenientemente tratados por
los victimólogos; los delitos esotéricos.
Hacia una criminología esotérica
No debe extrañarnos la carencia de información victimológica que existe sobre
los delitos esotéricos, en vista de la similar carencia informativa que existe
sobre dichos delitos en si mismos. Son todavía muy pocos los policías, y menos
aún los abogados, jueces o criminólogos, que se han ocupado a fondo de este tipo
de delitos.
MÁS ALLÁ ha publicado con anterioridad otros trabajos del autor sobre
"criminología esotérica", y la investigación policial de estos temas (ver MÁS
ALLÁ nº 76, 80 o 97), sin embargo nunca se había estudiado el papel de la
víctima en este tipo de delitos. De hecho las publicaciones existentes sobre
"criminología esotérica" en general son más que insuficientes.
Prácticamente solo el célebre Antonio Viqueira Hinojosa, Jefe de Policía y
profesor de Criminología, amén de ser el primer policía que empleó el término
"criminalidad esotérica" en un artículo de la revista oficial del cuerpo hace
años, se ha ocupado con detalle de este problema. Problema que, a medida que se
acerca el fin de milenio, ocupa cada vez más a la policía.
Sin duda, la razón que con más frecuencia hace llegar a una comisaría de policía
denuncias relacionadas con cuestiones esotéricas u ocultistas son las estafas. Y
de todas esas estafas las más frecuentes son las realizadas por el "timo del
trabajito".
En 1995 tuve la oportunidad de dirigir un estudio, posteriormente publicado por
la revista oficial del Cuerpo Superior de Policía, en el que se analizaban las
principales causas de denuncias por estafas esotéricas. Para ello fueron
publicados una serie de anuncios en diferentes revistas, programas de radio,
boletines, etc., especializados en temas paranormales, solicitando que quienes
se considerasen estafados por un vidente se pusiesen en contacto con nosotros.
De todos los sujetos que respondieron, por carta o teléfono, a este
requerimiento, más del 60% afirmaban haber sido estafados por el "timo del
trabajito".
En pocas palabras, esta estafa, la más practicada en España por falsos videntes,
se produce de la siguiente manera. Un individuo (principalmente mujeres, con
edades comprendidas entre los 30 y 50 años) acude a la consulta de un vidente
(con más frecuencia cartomantes), angustiado por un problema concreto
(principalmente por asuntos de salud o amor en un 36,5% de ambos casos, y
cuestiones de trabajo o dinero en el 25% restante), tras la sesión de cartas,
bola de cristal, I Ching, buzios, o cualquier otro sistema de diagnóstico
mántico, se concluye que los problemas del consultante se deben a un mal de ojo.
Inmediatamente se amedrentará a la víctima especificando que el hechizo que pesa
sobre el es muy poderoso, y podrá incluso conducirle a la muerte (a él o a sus
seres queridos). Y tras ese chantaje emocional, se recetará, como único remedio
válido, una "trabajito" de magia que puede neutralizar el citado mal de ojo.
Existen muchas técnicas, tanto psicológicas como mágicas (entiéndase aquí magia
por ilusionismo), para hacer creer a una persona que ha sido víctima de un mal
de ojo.
Psicológicamente, el falso vidente solo se limita a reforzar las convicciones
del mismo cliente que, con sus preguntas insistentes: "¿me ha dejado mi marido?
¿va a volver? ¿está con otra?", está indicando inconscientemente al estafador,
cuál es el punto débil a golpear; "no volverá, porque tu tienes una envidia de
otra mujer, te han mirado mal y tienes que hacer un trabajito para romper el
embrujo...".
En cuanto al ilusionismo, en 1993 se denunció, y llevó a juicio, a la vidente,
espiritualista y "parapsicóloga" (yo diría parasitó-loga) argentina Marisa
Teresa Jiménez. Entre otras truculentas artimañas la bruja -dicho esto en el
sentido más peyorativo-, utilizaba una vieja estrategia consistente en pasar un
limón por el cuerpo del cliente al que, supuestamente, se le había echado un mal
de ojo. Ante sus ojos la bruja -insisto en lo peyorativo-, cortaba el limón con
un afilado cuchillo y ¡oh!¡sorpresa!, el interior del limón aparecía empapado en
sangre. No había duda, un poderoso hechizo se había arrojado sobre el infeliz...
En realidad la sangre no era tal, sino simple tinta roja que la bruja había
inyectado previamente con una simple jeringuilla hipodérmica...
En aquel caso, los ilusionistas Ladislao Enrique Márquez y Enrique Carpineti, se
ocuparon de repetir ante el Tribunal de Justicia los trucos que empleaba la
falsa vidente para estafar a sus víctimas por el "timo del trabajito".
No hace mucho, desde las páginas de esta misma revista (ver MÁS ALLÁ nº 90)
desenmascarábamos a otro "vidente", también argentino, que utilizaba trucos de
ilusionismo para encandilar a su clientela: Ricardo Schiariti.
Pero, ¿quiénes son los estafados? ¿quiénes son las víctimas? ¿se trata de amas
de casa que buscan matar el tiempo libre? ¿Son acaso individuos de escaso nivel
cultural? ¿Tal vez sujetos extraídos del contexto rural más humilde?. La
respuesta es no. Entre los sujetos que se consideran estafados por falsos
videntes, a los que yo haya entrevistado personalmente puedo mencionar
personajes tan variopintos como la actriz Tete Delgado (protagonista de la serie
El Super de Tele-5); directores de cine como Jacinto Molina; presentadores de
Televisión Española como Isabel Borondo; humoristas, como Gila; artistas como
Lola Flores, etc.
No, no se trata de su nivel social o cultural, no se trata de su estatus
económico, ni de su sexo, ni de su edad. El estudio sobre el perfil de las
víctimas potenciales de estafas esotéricas hay que buscarlo precisamente en la
victimología.
Víctimas de los videntes
En los últimos años el autor ha tenido la triste oportunidad de recoger
numerosos testimonios de personas estafadas por falsos videntes. Víctimas de un
cruel engaño que a veces les ha costado su dinero, otras su libertad, y en los
casos más dramáticos hasta la vida... Y como muestra un botón.
En 1994 un equipo de televisión recorrió parte de la geografía española y
portuguesa siguiendo la pista de varios estafadores esotéricos. La investigación
y la producción eran responsabilidad del autor, y la realización de Gabriel
Carrión. Fruto de aquel reportaje, que por cierto se emitió en el programa
Secretos y Misterios de Tele-5, fueron varios testimonios directos de fraudes
paranormales.
Luisa B., por ejemplo, es un ama de casa de 50 años. En 1993 acudió a una
conocida vidente gallega, Geli, influenciada por los comentarios de una amiga.
En esta caso era un problema de salud lo que motivó la consulta. La bruja pidió
a Luisa ropa interior de toda la familia sin lavar, velas y otros objetos
personales. Incluso llegó a visitar el domicilio familiar para realizar una
"limpieza de energías negativas". Al final Luisa había desembolsado casi 100.000
pesetas, y sus problemas continuaban igual. No obstante, y a pesar de prestar su
testimonio ante nuestras cámaras, Luisa B., continua creyendo en la videncia y
la adivinación, y ha vuelto a frecuentar a profesionales del ramo.
Antonia Vázquez es una pequeña empresaria. Posee varios negocios, y uno de ellos
fue el que motivó su consulta a un famoso brujo que ha mantenido consulta en
muchas ciudades españolas; "Acudí a Papa Mustapha al ver su anuncio en el
periódico -declaró Antonia Vázquez-. El mesón iba mal y empezábamos a tener
problemas con las facturas. Él me dijo que me garantizaba al 100% los resultados
de su hechizo, y me pidió sólo la mitad del dinero por adelantado. Si el hechizo
no funcionaba no le pagaría el resto, y además me devolvería el dinero
adelantado, así que me confié".
Papa Mustapha se anunciaba en varios diarios españoles de esta guisa: "Gran Mago
Africano: Ayudo a resolver cualquier problema. Amor, Salud, trabajo, mejora de
la persona y la situación financiera. Fortuna, invalidez, ceguera, alcoholemia,
muscular, drogas, etc.".
Antonia Vázquez entregó al "Gran Mago Africano" casi 400.000 pesetas, y debería
entregar otras 350.000 cuando su problema se hubiese resuelto, pero el tiempo
pasaba y el negocio de Antonia continuaba en picado. Cuando quiso acudir a la
consulta del brujo para reclamar su dinero, Mustapha había desaparecido con sus
400.000 pesetas, y con sumas similares de otros muchos clientes estafados,
"pagando solo la mitad por adelantado"...
Por cierto, seguimos la pista del Papa Mustapha hasta Lisboa, desde donde huyó a
Africa dejando tras de si una larga lista de estafados como Antonia, quién por
cierto, continua frecuentando el mundo esotérico.
Tanto Luisa B. como Antonia Vázquez decidieron dar el dinero por perdido y se
abstuvieron de iniciar actuaciones legales. "¿Y si lo denuncio -declaraban las
timadas- y me hecha un mal de ojo?". Tome nota el lector.
Casos ejemplaresEste es un elemento interesantísimo de reflexión que se repite
hasta la saciedad en las víctimas de estafas esotéricas; la abstención de
presentar denuncia contra un vidente por temor a represalias mágicas. Obviamente
esto es absurdo, ya que un falso brujo que recurre al fraude para simular
poderes psíquicos, es porque no tiene ningún poder real, ni para bien ni por
supuesto para hacer el mal.
Y conste que algunas víctimas de estafas lo tendrían especialmente fácil para
poner en conocimiento policial tales delitos. En Las Palmas de Gran Canaria
recogimos un caso ejemplar en este sentido.
Carmen García (nombre supuesto), es una respetada madre de familia que, un buen
día, tras una mudanza, se encontró una extraña imagen de una Cruz de Caravaca
que, "milagrosamente" había surgido en la pared de su cuarto trastero.
Atemorizada por el extraño "prodigio" consultó a varios videntes y adivinos que,
uno a uno, desfilaron por su domicilio, detectando todo tipo de "energías
negativas", y "malas vibraciones" que habría que exorcizar a través del
consabido "trabajito".
Como en otros casos similares procedimos a medir, fotografiar y examinar la
supuesta "teleplastia". Oh, ¡sorpresa!, no fue necesaria agua bendita para el
exorcismo, bastó con un poco de alcohol y algodón. Miguel Blanco, que me
acompañaba en este caso, hizo las veces de exorcista y desintegró la imagen, y
con ella el embrujo, con tres golpes de algodón. La "prodigiosa" imagen se debía
a la acumulación de polvo, que había dibujado el perfil de las juntas traseras
de un armario, situado allí durante años, hasta la citada mudanza.
El miedo, y la amenaza de una desgracia si tocaba la cruz, que habían fomentado
los videntes, había hecho que Carmen dejase la "milagrosa imagen" tal y como la
había encontrado, pagando diferentes sumas de dinero a los diferentes videntes,
pero sin denunciar a ninguno. Lo más significativo del caso es que Carmen García
es la esposa de un Comisario Jefe de la Policía en Gran Canaria... Pero hay
casos más dramáticos...
El de Mercedes Cortés Cavero, aunque en otro aspecto, también es un caso
ejemplar. Ante las cámaras de uno de mis programas de televisión relató con
detalle su historia. Ella y su marido fueron víctimas de la falsa vidente Paula
Dosanjos López, una portuguesa afincada en España y procesada por sus estafas
recientemente, junto con su marido Alfonso Lorenzo. Como en tantas ocasiones la
bruja realizó varios rituales, primero con unas chuletas aplastadas en la vía
del tren, y luego visitó a sus "víctimas" en su propio domicilio para "medir las
energías" que frecuentaban la casa.
Unos ritos con cera y plomo derretido en la cocina dieron el fatal diagnóstico;
un mal de ojo se cernía sobre la familia. De no tomar medidas inmediatamente
moriría el marido de Mercedes y su hijo. La "medicina" le costaría a Mercedes
Cortés y a su marido, la friolera de 350.000 pesetas, aunque no llegaron a pagar
completamente el tratamiento.
Más aún, Mercedes acusa a otra conocida vidente, Maite, de haberle estafado
diferentes sumas de dinero a través del timo del trabajito, e incluso sugiere
que Maite fue la responsable de la muerte de un amigo, que abandonó el
tratamiento médico por indicaciones de la vidente-curandera. Pero Mercedes no
solo cree en el poder de videntes y curanderos, no solo confiere crédito a
adivinos y "parapsicólogos", sino que acepta que un ex-zapatero italiano ha sido
estigmatizado por la Virgen de Fátima, y es el intermediario entre Jesucristo,
los extraterrestres y los humanos. Porque Mercedes Cortés es la líder de una de
las "arcas" (el Arca-3) del grupo contactista Nonsiamossoli, seguidores de
Giorgio Bongiovanni.
Víctimas de sí mismas
El caso que mencionaba Mercedes Cortes, por desgracia, es demasiado frecuente.
Enfermos que abandonan los tratamientos médicos, no por un tratamiento
alternativo, sino por una promesa de curación milagrosa. Una promesa que, a
veces, desemboca en la muerte del paciente. Y tengamos siempre presente que al
menos un 36`5 % de los españoles que acuden a videntes -no hablo de curanderos
ni sanadores- lo hacen por problemas de salud, que los muchos videntes también
achacan al "mal de ojo".
Pero no solo el abandono del tratamiento médico, por la creencia en el mal de
ojo, puede provocar serios problemas de salud en el cliente. Hace poco se
produjo un caso que, por anecdótico, acaparó la atención de la prensa nacional.
Hacia las 21:00 del pasado 21 de marzo varios coches patrulla de la policía
madrileña se personaron en el número 5 de la calle Jose Mª Roquero, en atención
de una llamada a Comisaría. Al parecer -en la confusión inicial- un artefacto
había hecho explosión en dicha dirección. Para sorpresa de los agentes de
Policía, no se trataba de un zulo de ETA, ni de un comando del Grapo haciendo
prácticas con bombas terroristas. El lugar de la explosión era el terreiro de un
Pai de Santo: el vidente y santero Pai Jose.
La explosión se había producido cuando Pai Jose preparaba un ritual contra el
"mal de ojo" basándose en pólvora y velas. En esta ocasión una llama llegó al
bote de pólvora y provocó la explosión, que pudo haber costado la vida al
vidente quien, con graves heridas, tuvo que ser internado inmediatamente en el
servicio de urgencias de La Paz.
Normalmente el vidente hacía este ritual en presencia del cliente. Si la
explosión se hubiese producido en ese instante, o cuando Pai Jose, en pleno
ritual "anti-mal de ojo", pasa un plato con pólvora por la cabeza, cara y cuerpo
del cliente, es muy posible que hubiese sido el paciente que hubiese sufrido un
verdadero "mal de ojos", de nariz, de orejas, y del resto del cuerpo, quemado
por la pólvora inflamada...
En este caso el mismo Pai Jose fue autor y víctima al mismo tiempo. La causa, la
creencia en que la pólvora podría limpiar el "mal de ojo". En otros casos, en
los que víctima y autor son uno, el desenlace fue fatal.
En Cataluña, por ejemplo, he tenido oportunidad de obtener numerosos informes
policiales sobre casos de este tipo. En uno de ellos, durante el transcurso de
un ritual en la playa a Yemayá, la diosa del mar del panteón Yoruba, el hijo de
uno de los "iniciados" que participaba en la celebración, fue arrebatado por una
ola, junto con las flores y ofrendas a la diosa, y murió ahogado.
Pero sin duda, el caso más dramático se produce cuando la "víctima" del "timo
del mal de ojo" no solo es víctima, sino que se convierte a su vez en
delincuente.
En mi poder obra todo el expediente de la Policía Judicial de la 611ª
Comandancia de la Guardia Civil sobre el caso del "asesino hechizado".
Expediente que se inicia cuando, al filo de la media noche D. Carlos Caamaño
Baña, vecino de Valladares (La Coruña) y propietario de una tienda-bar en dicha
localidad, descubrió el cadáver de su vecina, Carmen Baña, al cerrar el bar y
observar la puerta de la casa adyacente abierta. Inmediatamente llamó a la
Guardia Civil.
Fue requerida la presencia de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial, y un
equipo formado por 4 guardias civiles, un sargento y un Capitán Instructor
acudió al lugar de los hechos. En el domicilio de la víctima se encontraban ya
el Juez de Instrucción y el Médico Forense que certificó la muerte, así como
otros agentes de la benemérito, pertenecientes al cuartel de Serra de Outes.
Según los documentos policiales, la víctima había recibido ocho puñaladas por
todo el cuerpo y un hachazo en la cara. Ese había sido el fatal desenlace de un
absurdo caso iniciado por el maldito fraude del "mal de ojo".
José Martínez, el asesino autor del crimen, había visitado a varios videntes y
adivinos, que aseguraban al joven coruñés que era víctima de un "mal de ojo" que
le había echado una vecina "y habría que darle un escarmiento". Algunos de esos
videntes sometieron a Jose a "limpiezas espiritistas", sesiones de Umbanda,
etc., pero todo era inútil, "la bruja continuaba hechizándolo". Así que el joven
decidió acabar con el maleficio asesinando de un hachazo en la cara y ocho
puñaladas a la "meiga"... que, por cierto, también era cliente de algunos de
esos mismos videntes...
Hacia una victimología esotérica
Uno de los objetivos principales de la Victimología Penal (ya que existe también
una Victimología General que se ocupa de las víctimas de sucesos no penales,
como catástrofes, etc.), es la llamada "prevención victimal". De la misma forma
que el objeto de la criminología es estudiar y comprender al criminal para
erradicar sus delitos, la "prevención victimal" debería intentar comprender a la
víctima para así prevenir la victimización de la misma.
Una de las claves para comprender a las víctimas de estafas esotéricas
probablemente se apunta en el estudio estadístico que realizamos en 1995. Una
cuarta parte de las denuncias que llegaron a nosotros presentaban un mismo
perfil; el sujeto -mayoritariamente mujeres- describía como había sido estafado,
no por uno, sino por varios videntes. Las sumas estafadas oscilaban entre las
50.000 y 500.000 pesetas.
Más de la mitad mantenían o nos pedían que mantubíesemos su anonimato. No
estaban dispuestos a declarar ante un juez por temor a las represalias mágicas
del brujo, y por temor a la familia que ignora en que ha gastado el dinero el
estafado; y además, esto es lo más interesante, nos pedían que les
recomendásemos un vidente "auténtico" para acudir a él...
A pesar de que su marido es comisario de policía, Carmen García tenía miedo a
denunciar a los videntes "por si le echaban un maleficio", igual que Luisa B...
Antonia Vázquez ha continuado frecuentando a videntes a pesar de que le
estafaron casi medio millón de pesetas. Mercedes Cortés apoya a contactados y
visionarios, aún después de sus malas experiencias con videntes... ¿Que
significa todo eso?
Son varios los videntes profesionales (honestos, que de todo hay), los que me
han comentado un mismo fenómeno. El hecho de que es el cliente quien ruega,
suplica, implora, que se le haga un trabajito de magia porque es él quien está
convencido de que ha sido víctima de un mal de ojo. El profesional solo ha de
coger el dinero y hacer cualquier tipo de ritual o rezo que satisfaga la
obsesión del cliente por el "mal de ojo". Puede que el "placebo" funcione, o
puede que no, pero lo cierto es que en esos casos la tentación del "dinero
fácil" es una golosina para el vidente. Y la víctima es parcialmente culpable, o
al menos inductor, del delito.
En pocas palabras. La creencia, ese incombustible motor de la vida humana, y la
fe indiscriminada en el "mal de ojo", unido a una falta de "cultura esotérica"
es la que propicia que cualquier individuo, sin diferencia de raza, estatus
social o nivel cultural, pueda convertirse en víctima de una estafa esotérica.
Víctima que, en ocasiones, es quien pide ese tipo de trabajo, propiciando con su
actitud el fraude.
Y por desgracia, esa falta de "cultura paranormal" y esa creencia irracional es
alentada por parapsicólogos, y expertos de todo el país, en lugar de luchar
contra ella. Hace pocas semanas el programa de TVE-2 Línea 900, emitía un
reportaje sobre los adictos a los videntes. En una intervención, el presidente
de uno de las Asociaciones Profesionales de Parapsicólogos que actualmente
proliferan en España "denunciaba" las estafas de algunos videntes por medio del
"timo del trabajito", cobrando sumas desorbitadas, cuando un "trabajito" de este
tipo -según él- puede costar "sólo" unas 30.000 o 40.000 pesetas.
No. Una estafa no es menos estafa por ser menor el importe estafado.
Precisamente una reconocida miembra de esas asociaciones profesionales de
parapsicólogos, sin validez académica ninguna de ellas, es la que ostenta el
record de estafas esotéricas en mi archivo: Marita de Oxun.
Merecería todo un reportaje analizar el caso de esta mujer que, según sus
víctimas, ha estafado millones y millones de pesetas. Solo a una empresaria de
Lugo, a la que engatusó con la fascinación de la religión afroamericana, y según
el relato de la misma, le sacó más de 10 millones de pesetas. Entono desde aquí
un mea culpa, ya que en 1993 Marita de Oxun participó en mi programa de TV Mundo
Misterioso, desde el que se dio a conocer a muchos de sus futuros clientes.
En aquella ocasión, cuando Alex Orbito nos falló, acudimos a Marita de Oxun como
invitada de urgencia, recomendada por los parapsicólogos catalanes de esas
mismas "asociaciones profesionales". Recientemente llegaban a mi poder los
expedientes policiales barceloneses sobre esta controvertida vidente. Como en
casos anteriores, la mayoría de sus víctimas han continuado frecuentando otros
adivinos.
Si usted, querido lector, cree que tiene mal de ojos, acuda al oculista, no al
ocultista, que es el que verdaderamente entiende de males de ojos. Lo demás son
historias de "vampiros" y "fantasmas". Vampiros chupa-carteras, y fantasmas muy
vivillos...
Escrito por Manuel Carballal