La ciencia investiga las ECM 1-3

Por primera vez, una publicación científica como la prestigiosa The Lancet, ha otorgado carta de credibilidad a una investigación sobre las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM). De acuerdo a los últimos estudios efectuados, quienes alcanzan el umbral de la muerte atrevesando un túnel al final del cual hay una luz, viven un suceso real y transformador que demuestra que somos de carne, hueso y? alma.

"Las ECM sugieren que la conciencia no está ubicada en el cerebro", asegura el Dr. Pim Van Lommel, sabedor de que sus afirmaciones revolucionan el mundo de la investigación médica: "No sé si nuestra investigación demuestra que el alma existe. Depende de lo que se entienda por alma; en todo caso, ahora sabemos que la conciencia sigue existiendo aun cuando no exista actividad cerebral, cuando el paciente presenta encefalograma plano", asegura el prestigioso cardiólogo a Mundo Misterioso.

Los gestores de The Lancet, la publicación médica más prestigiosa del mundo, actuaron con aplomo y serenidad cuando recibieron en sus oficinas el trabajo del cardiólogo holandés. Sometieron el texto a las cribas de rigor, de las que se han encargado un equipo de expertos sin vinculación a Van Lommel. Examinaron el trabajo con criterio inquisitorial, sin encontrar pero alguno. Tras intensos debates, la comisión de arbitraje de The Lancet dio luz verde a la publicación del artículo. O lo que es lo mismo: admitían que las investigaciones del galeno se ajustan a los patrones requeridos para su admisión en una revista científica de la talla e influencia de The Lancet.

Retorno desde el umbral de la muerte
Entre los casos estudiados por Van Lommel se encuentra el de un hombre de 44 años a quien un colapso cardíaco le sorprendió en un autobús. Cayó fulminando; minutos despues llega la ambulancia y comienzan los ejercicios de reanimación. Parece que no puede hacerse nada por salvarle la vida? Al llegar al Hospital Rijnstate de Arnhem (Holanda), el equipo de urgencias de Van Lommel se hace cargo del paciente.

Allí se certifica la ausencia de actividad cerebral -muerte cerebral, en suma- pero los médicos hacen un último esfuerzo pese a que presenta electroencefalograma plano. Una enfermera le retira cuidadosamente la prótesis dental para intubarlo; al tiempo, el médico le practica un masaje cardiaco, seguido de la temida desfibrilación. Tras varias descargas, el paciente volvió a la vida: su cerebro volvió a la actividad y el corazón latió otra vez.

Una semana después, el paciente salió del estado comatoso. Al abrir los ojos, la primera persona a la que vio fue a la enfermera que le asistió. Cuando pudo articular palabra, le dio las gracias "por haberme tratado tan dulcemente cuando me extrajo la prótesis dental para intubarme. Por cierto -añadió el "resucitado"-, ¿dónde la dejó?".

El paciente no podía saber quién le atendió, puesto que cuando se encontraba en plena crisis, no sólo estaba inconsciente, sino que su actividad cerebral era nula. Pero según dijo, cuando estaba en el quirófano sintió que salía de su cuerpo y pudo contemplar toda la escena.
(continua...)

Escrito por Bruno Cardeñosa