Despreciados y difamados por la medicina oficial, los médicos-tradicionales,
brujos, meigas, marabús y curanderos de todas las culturas, poseen
desconcertantes conocimientos botánicos y fisiológicos que, sin embargo, podrían
enriquecer nuestro conocimiento de la enfermedad y la lucha contra el dolor.
Hemos recorrido diferentes países de Africa, América y Europa, para conocer in
situ a los médicos-tradicionales de distintas culturas. Supongo que muchos
turistas, que buscando repelente de insectos, preservativos o aspirinas,
hubiesen entrado en aquel local de La Habana se sorprenderían ante el cartel que
presidía las estanterías semivacías de la céntrica farmacia: "Aquí usted puede
adquirir su Medicina Tradicional Natural".
Ese sencillo cartel supone un excelente síntesis de la pacificación entre
medicina alopática y homeopática que ha llegado a Cuba. Uno de los países que
posee los médicos con mejor formacion académica y que, sin embargo, no teme
acoger la medicina tradicional en su seguridad social, en sus hospitales, y en
sus farmacias... ¿Cuál es el secreto? ¿Acaso la medicina oficial en Cuba presta
crédito a los curanderos y sanadores (charlatanes para muchos) que en el resto
del mundo los Colegios Médicos persiguen como a la peste? ¿Se trata de un
ejemplar ejercicio de tolerancia y reconocimiento al saber de nuestros
mayores...? Sólo en parte.
El bloqueo que sufre el pueblo cubano hace que los medicamentos escaseen en toda
la isla, y las "famélicas" estanterías de aquella farmacia eran un buen ejemplo.
Y a causa de esas carencias farmacológicas, a los médicos "oficiales" no les
quedó más remedio que acudir a los "hierberos" y a los "médicos tradicionales"
que, desde hace generaciones, sanaban a sus vecinos con extraños hungüentos y
pócimas mágicas? De esta forma, llevados por la necesidad, la moderna medicina
"científica" y la tradicional medicina "mágica" han encontrado en Cuba su punto
de intersección.
En diferentes viajes a la isla médicos, ATS y personal sanitario de toda índole
nos comentaron los beneficios que la medicina tradicional puede aportar a la
ciencia médica. Mas aún, algunos incluso nos acompañaron a las consultas de esos
"médicos-brujos", que convinan la farmacopéa natural, la manipulación de "las
energías", y sistemas de diagnóstico que rayan lo extrasensorial? Algo que solo
habíamos visto antes en Africa, la cuna de esa misma medicina tradicional
cubana, y de toda la humanidad.
Farmacopea de la selva
"Cuando yo era niño, mi zona natal fué invadida por una plaga de langosta. Un
anciano, vecino nuestro, quemó una "medicina" en su campo para alejarla. Al cabo
de unas horas, las langostas habían arrasado todas las cosechas, hierba y
árboles de la zona, dejando a todo el mundo con la aterradora perspectiva de una
próxima época de hambre. Con mis propios ojos vi que, a pesar de que todas las
cosechas limítrofes estaban devastadas, la cosecha de mi anciano vecino había
permanecido intacta. Había oído hablar antes de los increíbles poderes de las
"medicinas tradicionales", pero era la primera vez que las constataba
personalmente...".
Quien ésto nos cuenta es un observador excepcional del folcklore, tradición y
filosofía africanas, el Dr. John Mbiti. Nacido en Kenia en 1931, John Mbiti tuvo
la posibilidad de cursar estudios universitarios en Uganda, Estados Unidos y
Gran Bretaña, donde se doctoró en Filosofía. Pese a ello, jamás perdió el
contacto directo con su pueblo, al que viajaba cada año.
Esta equilibrada mezcla de tradición y formación indígena y occidental hace del
Dr. Mbiti una de las opiniones más objetivas y cualificadas sobre la medicina
tradicional africana. Sus obras, Concept of God in Africa (1970), The prayers of
Africa (1975), o African religions and Philosophy, entre otras, son valiosas
herramientas para comprender el complejo mundo tradicional africano.
Resulta especialmente interesante el testimonio de un doctor en filosofía,
profesor universitario y de marcada formación occidental, que confirma tantos
relatos espectaculares sobre los prodigiosos poderes de la "medicina
tradicional".
Este concepto de "medicina tradicional" no se limita al tratamiento de las
dolencias físicas del organismo humano, ya que en la particular religiosidad y
filosofía tradicional africana, el hombre forma parte de un complejo entramado
ontológico en estrecha relación con Dios, los espíritus, los antepasados, los
animales y plantas y los objetos y fenómenos sin vida...
Por esta razón, en los tratamientos para combatir el mal en cualquiera de sus
manifestaciones, la "medicina tradicional" africana utiliza en sus diagnósticos,
terapias y remedios, herramientas tan diversas y dispares como trances,
ungüentos animales, plantas medicinales, espiritismo, mancias, piedras mágicas,
danzas rituales, etc.
En sus estudios, el Dr. Mbiti refleja claramente que las diferenciaciones entre
los "especialistas" hechas habitualmente por los antropólogos, a saber: brujos,
curanderos, hacedores de lluvia, reyes y sacerdotes, normalmente no existen. Con
frecuencia, un mismo personaje realiza varias de esas actividades, ocupando,
lógicamente, un importantísimo papel social en la tribu o aldea.
Resulta fácil comprender ese "pluriempleo" de los médicos tradicionales
africanos, conociendo la estructura de su sistema de creencias. Creencias en las
que resulta incomprensible asumir conceptos como virus, tumor, célula, etc.
Cuando un niño enferma de malaria, sus padres no pueden aceptar sencillamente
que la picadura de un mosquito originó ese mal. Si ese mosquito picó a su hijo y
no a otro niño, es por alguna razón, y esa razón aparece siempre ligada a la
actividad de un espíritu o a un acto de hechicería.
Tal vez esa concepción mágica de la enfermedad es la que llevó a los colonos,
misioneros y "civilizadores" blancos, a despreciar despóticamente a los médicos
tradicionales, acusándolos de charlatanes, estafadores y fraudulentos. Y todavía
hoy algunos antropólogos, médicos y demás ralea "racional" repite cuan eco
aquellas viajas y pretenciosas voces "civilizadas" que considera un engaño
cualquier tipo de médicina no certificada en una universidad? lamentable
limitación.
Sin embargo, afortunadamente, cada vez más profesionales comienzan a
replantearse que, tras esa compleja red de creencias ancestrales que parapetan
la curación de los médicos tradicionales, se ocultan conocimientos valiosísimos
para el avance de la medicina.
Algunas de las técnicas, aparentemente absurdas, de los médicos-brujo han
resultado ser tremendamente efectivas. Pondré algún ejemplo. La mordedura de las
serpientes "mamba-negra" es mortal. Se suponía que una persona muere a los cinco
minutos de una mordedura. Sin embargo, inmediatamente después de la mordedura de
uno de estos reptiles, el médico tradicional cavaba un agujero en el suelo igual
a la estatura de la víctima. Quemaba leña en el agujero y lo cubría de hojas
medicinales.
Una vez quemada la leña, ponía aparte las brasas y colocaba a la persona, ya
aparentemente muerta, en el agujero, cubriéndola seguidamente de más hojas
medicinales y colocando nuevamente las brasas sobre esas hojas. El carbón no
tocaba el cuerpo, pero éste recibía el efecto benéfico de las hierbas a través
de los poros de la piel abiertos por el calor. Inmediatamente, la persona
vomitaba y recobraba el conocimiento, tras lo cual el curandero le aplicaba
otros remedios hasta su total recuperación.
La tribu entonces consideraba que el médico tradicional había resucitado al
muerto (existen muchos relatos de estas supuestas resurrecciones aparentemente
milagrosas). Recientemente, la ciencia ha llegado a descubierto que la serpiente
"mamba-negra" produce una catalepsia a la víctima antes de la muerte real, la
cual se produce una hora después de la mordedura.
Efectivamente, no se trata de una resurrección, pero lo cierto es que el médico
tradicional sabía, por alguna razón desconocida (probablemente relacionada con
la observación de los animales), que el enfermo sólo estaba en coma, y conseguía
sanarlo a través de un sistema tan espectacular como éste.
Escrito por Manuel Carballal