"Enormes superconstrucciones como ruedas", escribió Charles Fort en su
legendario El libro de los condenados, "penetran la atmósfera de la tierra y,
viéndose amenazadas con la desintegración, se zambullen en el océano o algún
medio más denso en busca de alivio".
Una gran cantidad de libros escritos por autores de renombre han investigado la
curiosa afinidad que existe entre los objetos voladores no identificados y los
lagos y mares de nuestro mundo. La especulación sobre el tema ha recorrido la
gama desde bases submarinas operadas por alienígenas exóticos hasta
civilizaciones completa de hombre y mujeres acuáticos -los presuntos herederos
de la Atlántida- dotados de una tecnología superavanzada y naves espaciales, que
sólo permiten a los humanos vistazos fugaces de su existencia en la profundidad
de los mares.
No obstante, se ha escrito menos sobre aquellos casos en que naves no
identificadas, sin importar su hipotético origen, hace uso de las aguas de
nuestro mundo para propósitos que se han asociado con la alimentación o la
propulsión. ¿Sería cierta la especulación de la antigua serie de televisión "V",
que postulaba que los enormes platillos tripulados por reptiloides provenientes
de la estrella Sirio venían a drenar nuestros mares en beneficio de su
civilización?
Avante a toda máquina
Desde hace décadas se viene especulando que las supuestas naves extraterrestres
que visitan nuestro mundo consiguen hacerlo al viajar más rápido que la luz,
gracias a los avanzadísimos reactores de fusión nuclear que existirían abordo de
tales naves. Hablando en lenguaje sencillo, la fusión es la reacción
termonuclear que se obtiene cuando los núcleos de los átomos de luz se unen a
los núcleos de átomos de mayor peso, resultando en un prodigioso desprendimiento
de energía (el proceso mediante el cual las estrellas emiten luz y calor, dicho
sea de paso). La fusión controlada representa, por ende, una fuente energética
mucho mayor de lo que podemos obtener con nuestros reactores actuales de fisión
atómica. A pesar de que nuestros laboratorios dicen haber logrado la "fusión
fría", creando escándalos en la comunidad científica, la tecnología humana en
este campo parece haberse estancado desde la década de los '70.
La exégesis ufológica posterior sugirió la existencia de otros medios de
propulsión para los OVNI: propulsión iónica, propulsión fotónica, de plasma y
hasta de antimateria. Pero los proponentes de la teoría de propulsión por fusión
tenían la ventaja de poder fundamentarse en ciertos casos en que testigos de
toda índole alegaban haber visto a los no identificados sustraer agua de
nuestros lagos, pantanos y mares, posiblemente para reabastecer sus fuentes de
potencia. El material fusionable y el agua serían los componentes básicos para
realizar el proceso.
En un trabajo publicado en 1980 y titulado Flying Saucer Technology, el
investigador y conferenciante Stanton Friedman abundó sobre el papel que jugaría
la fusión nuclear como la fuente energética de los OVNI, sugiriendo la
existencia de numerosos efectos y maneras en que podría hacerse uso de los
motores de fusión. "Uno de los sistemas más llamativos para un sistema de
propulsión interestelar de fusión", escribió Friedman, "consistiría en producir
la reacción de tan sólo aquellas partículas que, al fundirse, únicamente
producirían partículas cargadas en vez de neutras". Esto, explica Friedman,
permitiría guiar las partículas mediante el uso de campos electromagnéticos,
algo que parece no ser posible con las partículas neutras más dispersas. Otro
aspecto positivo en la dirección de un motor a fusión sería la disponibilidad de
"isotopos de hidrógeno y helio" ligeros y disponibles a través del universo.
Cualquier supuesta nave espacial podría obtener combustible en cualquier parte,
y ¿qué mejor lugar que los lagos y mares de nuestro planeta?
Jacques Scornaux y Christine Piens, autores de A la Recherche de OVNIS (Paris:
Aura, 1977) también hacen mención de las ventajas evidentes de la fusión
nuclear, debido al bajo rendimiento de desperdicios radiactivos, advirtiendo a
la vez que los medios de propulsión empleados por las enormes "naves nodriza" y
sus naves expedicionarias más pequeñas pueden ser completamente distintos.
Aunque estos autores franceses abogan por la fusión como el medio de propulsión
empleado por los ovnis, no dejan de advertir que la fusión nuclear controlada
sería una fuente de potencia bastante débil a la hora de realizar las paradas y
arranques repentinos que se imputan al fenómeno OVNI.
Otros exégetas de la ufología han manifestado que la densidad del agua
representaría una barrera altamente eficaz contra las radiaciones mortíferas que
emanarían de cualquier supuesta fuente de potencia abordo de un OVNI, y de ahí
la necesidad de reabastecimiento que han sido presenciada por numerosos
testigos. En las páginas del libro El triángulo de las bermudas (NY: Doubleday,
1974) encontramos una entrevista con el Dr. Manson Valentine acerca de la
presencia de los OVNI en el Atlántico. Valentine advierte que los guardias
forestales y visitantes al pantano Okeefenokee del estado de la Florida (EUA)
han visto ovnis sobrevolando la zona, y el mismo Valentine afirma haber
presenciado un no identificado disparando un haz de luz azul hacia las aguas del
lago. El doctor Valentine apunta que la fecha de su avistamiento fue el 21 de
agosto de 1963 cerca de Ashton. La nota que aparece al pie de dibujo del OVNI
que extrae agua dice: "el objeto parece estar abasteciéndose de agua de lago".
Especula Valentine: "es muy posible que repostaban agua, o que se llevaban
muestras de la fauna local para estudiarla".
Sifonaje extraterrestre
En ciertas ocasiones ha sido posible ver a los tripulantes de los ovnis
valiéndose de maneras menos exóticas de conseguir agua..
En un caso canadiense ocurrido en el verano de 1960, un maestro de escuela de la
población de Atikokan, provincia de Ontario, consiguió hablar con un "personaje"
local cuya reputación había sido arruinada por un inoportuno encuentro con lo
desconocido. El hombre, conocido por todos como el "viejo Hank", alegaba haberse
ido a dar un paseo con su esposa a las orillas de lago Duckbill. Repentinamente
un zumbido llenó el aire, lo que despertó la curiosidad de la pareja. Llegaron a
ver -desde una punto elevado- un objeto circular de color verde que reposaba a
la orilla del lago mientras que sus tripulantes, "cuatro criaturas diminutas en
trajes verdes", se dedicaban a extraer agua. La mujer de Hank gritó y las
criaturas se refugiaron en su artilugio, que despegó y desapareció en los cielos
en cuestión de segundos.
¿Existe alguna propiedad extraña en los lagos de la provincia de Ontario que
resultan atractivos para los ovninautas? El investigador John Robert Colombo
hace mención a una carta recibida de un empleado en la mina Atikokan -el mismo
lugar que el anterior- quien tras disfrutar de un buen día de pesca en la bahía
de Sawbill, vio un objeto extraño a un cuarto de milla de distancia a lo largo
de la costa rocosa. El objeto, descrito como "con forma de aro y girante",
recibía servicio por parte de figuras de cuatro pies de estatura y cuyas cabezas
iban cubiertas por gorros azules, con la excepción del que llevaba uno de color
rojo y que parecía ser el jefe. Uno de los seres portaba una manguera de color
verde brillante y parecía "estar absorbiendo el mismo volumen de agua que estaba
descargando". Este evento se produjo el 2 de julio de 1950.
Si un vehículo supuestamente habilitado para cruzar distancias siderales se ve
obligada a utilizar mangueras para lavar sus sistemas internos, o para
reabastecerse del agua que requiere su motor de fusión, no debe sorprendernos
leer un caso en que los ovninautas se valen de cubetas para realizar su labor.
Un caso adicional fue presenciado por Kathy y Gary Malcomb en el lago Champlain
(estado de Nueva York): la pareja observó un objeto con forma de platillo y lo
que parecía ser una enorme hélice saliendo de su estructura; el aparato aterrizó
sobre el algo y cuatro criaturas con gorras verdes dejaron caer una manguera de
plástico verde al agua, bombeándola hacia el interior de su nave ( True Flying
Saucers and UFO Quarterly , Winter 1978).
Con las manos en la masa
Durante las oleadas ovni de la década de los '50 se produjeron informes de
grandes cantidades de agua que desaparecieron en los estados de Nebraska, Ohio y
Dakota del sur. Pero uno de los mejores casos que presentan la atracción de los
OVNI por el agua sucedió a mediados de los 1960 en la reserva Wanaque del estado
de Nueva Jersey (EUA), y que fue además escenario de muchos encuentros con lo
desconocido por policías y vecinos.
Los eventos comenzaron en octubre de 1966 cuando agentes de la policía de
Pompton Lakes comenzaron a recibir llamadas telefónicas -y a tener experiencias
propias- con luces brillantes que se desplazaban sobre el enorme embalse, un
cuerpo de noventa mil millones de galones de agua situado en lugar bastante
desolado. El sargento Ben Thompson fue testigo de un objeto que parecía un "domo
con forma de pelota de fútbol americano" directamente sobre las aguas del
embalse a las 21:15 horas del 11 de aquel mes. El aparato parecía ejercer una
atracción curiosa sobre el contenido del embalse, haciendo que el agua fuese
"llevada hacia arriba...chupada hacia arriba", según el mismo policía en una
entrevista que le hiciera Lloyd Mallan. "El objeto volador levantaba una gran
manta de agua a unos 250 pies. El objeto tiraba del agua y me era posible ver
cómo se elevaba el líquido".
Aunque los objetos desconocidos que operaban en las cercanías de Wanaque en
aquel momento pudieron haber sido fenómenos naturales, manifestaban una
capacidad que sería de gran utilidad para una nave que requiere el uso de agua
para propósitos insospechados. Otro incidente en el embalse estuvo relacionado
con un haz de luz brillante y con forma de embudo, "tan potente como el faro de
una locomotora", según lo dicho por el jefe de policía John Casazza. La luz
parecía provenir de un objeto que no era visible a simple vista, tal vez debido
a la calidad casi cegadora del haz de luz. Casazza estaba seguro que la luz no
provenía de ningún artefacto conocido.
El objeto que proyectaba el haz de luz sobre el embalse, ¿estaría absorbiendo
agua al igual que los objetos vistos en la Florida por el doctor Manson
Valentine? La asociación entre la desaparición de agua y el fenómeno OVNI
prosigue hasta nuestros días, como lo muestran estos casos de fechas más
recientes.
En 1988, los investigadores Richard Dell'Aquila y Dale Wedge investigaron casos
de actividad OVNI en las aguas de lago Erie -el menos profundo de los Grandes
Lagos y el único que se congela completamente en el invierno- que involucraba
una central nuclear así como una central eléctrica caldeada por carbón.
Una vecina de la región afirmaba haber visto un objeto con forma de dirigible y
con una luz en cada extremo del fuselaje, balanceándose sobre el lago con el
movimiento que ya es característico de los ovnis. El objeto gris, cuyas
dimensiones se estimaban como mayores a las de un campo de fútbol americano,
hizo crujir y agrietar el hielo de la superficie del lago congelado.
Para cuando desparaeció el "dirigible", los testigos pensaron que se había
sumergido bajo la superficie helada del lago Erie, y que "pedazos de hielo
descomunalmente grandes podían ser vistos en la zona del supuesto aterrizaje".
¿Se trataba, acaso, de un objeto misterioso buscando dónde ocultarse, o quizás
intentando obtener agua en su estado sólido? El veredicto de la US Coast Guard
fue que los "planetas Júpiter y Venus" estaban en conjunción esa noche y eso era
lo que habían visto los testigos.
El fenómeno OVNI también ha mostrado cierta predilección por los lagos
congelados, como el lago Boshkung de Minden, provincia de Ontario (Canadá). Los
testigos a los aterrizajes de aparatos extraños en esta zona durante 1973
dijeron que los objetos aterrizaban sobre el hielo del lago, o se cernían sobre
los cables de alta tensión, o lo más curioso aún, "se cernían sobre los agujeros
en el hielo que permanecían después de que los pescadores habían retirado sus
casetas de pesca de hielo". Puesto que resulta inverosímil que los objetos se
sintiesen atraidos por la pesca de hielo, la alternativa más factible es que
viniesen en pos de H2O.
Y si no hay lagos, las cisternas funcionarán como sustituto: el 19 de marzo de
1993, un enorme OVNI circular fue avistado por tres niños que se encontraban a
la entrada del parque estatal Bosque Seco en Puerto Rico. Los chicos
-identificados como Héctor, Raúl y José-, llamaron a otros vecinos de la región
para que presenciasen el enorme vehículo que bañaba la zona en luces
policromáticas mientras que se suspendía sobre la torre cisterna ubicada en el
mismo centro del bosque. Rayos luminosos de colores distintos bañaron el bosque,
dejando atónitos a los testigos. Aunque se dio parte a las autoridades, se
desconoce si llegó a elaborarse un informe en la comisaría de policía de Guánica.
En su informe sobre los avistamientos OVNI de 1995 en Votorantim, Brasil, la
investigadora Encarnación Zapata García hizo mención de las visitas de los OVNI
al embalse de Itupararanga. El testigo Marcos Lara, de 28 años de edad en aquel
momento, solía visitar el embalse con sus amigos y a veces pasaba la noche
entera en vela, esperando la llegada de los no identificados. En una ocasión,
Marcos recordó haber visto objetos extraños que se desplazaban sobre la
superficie del agua antes de remontar vuelo, pero la distancia le impidió ver si
estaban enfrascados en algún tipo de actividad.
Escrito por Scott Corrales