Otro documento se refiere específicamente a la composición del "personal del equipo de inteligencia", es decir, los militares de boina azul que formaban los proyectos Moondust, Bluefly, UFO "y otros proyectos de reacción rápida bajo la dirección de AFCIN" (el mando central de inteligencia de la Fuerza Aérea).
Los equipos de inteligencia reza el memorando debían consistir de tres hombres, a incluir un experto en lingüística, un técnico de inteligencia, y un jefe de operaciones, todos ellos con certificación de aerotransporte y con capacitación cruzada en las destrezas de cada elemento del equipo, para asegurar la funcionalidad del grupo "a pesar de las bajas que puedan producirse durante el empleo".
Resulta curioso que a pesar de que los documentos obtenidos de parte del gobierno por Clifford Stone, los funcionarios encargados de las actividades en el fuerte Belvoir nieguen rotundamente la existencia de "cualquier organización encargada de los OVNIS ni cualquier información sobre el incidente de Roswell. Además, no existe ningún proyecto Moondust ni operación Bluefly.
Esas misiones jamás existieron" (declaración hecha por el teniente coronel John Madison, División de Indagaciones del Congreso). Esta rotunda negación puede estar fundamentada en el hecho de que según una carta fechada el 1º de julio de 1987 y firmada por el coronel Philip Thompson la designación Moon Dust ha caducado oficialmente y ha sido reemplazada por otra "cuyo nombre no puede divulgarse en este momento".
"Si te digo lo que es, jamás lo creerías"
Los "boinas azules" se han mantenido activos desde el estrellamiento ovni de Kecksburg en 1965. En 1974, un objeto circular de setenta pies de diámetro supuestamente se estrelló en las cercanías de Chilili, estado de Nuevo México. Una columna de "boinas azules" se desprendió desde la base aérea Kirtland para desmantelar el objeto, mismo que fue trasladado inmediatamente a la base. En 1983 volvieron a aparecer en Gallup, Nuevo México, tras el estrellamiento de un "objeto de color verde".
La explicación oficial ofrecida en este caso fue que se trataba de un meteorito o de fragmentos de la sonda soviética Cosmos 1402 durante su reingreso a la atmósfera terrestre. En 1985, el investigador Tom Adams, autor de una serie de boletines y cuadernos sobre la presencia OVNI en el suroeste de EEUU, pudo entrevistar a un policía militar acuartelado en el fuerte Carson de Colorado, y que había formado parte del grupo de seguridad que prestaba ayuda a los "boinas azules".
El entrevistado, identificado tan solo como "Jeff", dijo haber visto un objeto
con forma discoidal en el fondo de una enorme zanja al pie de una montaña. El
policía militar, extrañado, le preguntó a uno de los "boinas azules" si se
trataba de un artefacto espacial ruso.
"Ojalá y lo fuera", repuso el hombre. "Si te digo lo que es, jamás lo creerías.
Nos envían de una parte del país al otro todo el tiempo para investigar
situaciones parecidas".
"Jeff" y los otros policías militares del fuerte Carson que habían acompañado a los "boinas azules" recibieron órdenes escritas indicando que estaba prohibido hablar sobre lo que habían visto so pena de consejo de guerra. A las 72 horas de haber concluido la misión, todos los que habían tomado parte en ella fueron destacados a otras bases.
Otro informe de Adams, The Choppers... and the Choppers (Paris, Tx: Stigmata, 1990) incluye el caso de "Tony", piloto de helicópteros en la base Hood del estado de Texas. En la navidad de 1980, "Tony" y otros pilotos recibieron la orden de acudir a un sitio determinado para vigilar "un avión experimental" hasta que cierto grupo especializado pudiese personarse al lugar de los hechos.
"Se trataba", dijo "Tony", "del diamante más grande que había visto en toda mi vida. Lo perseguimos por cinco o diez millas mientras que largaba chispas que llegaban a tocar la tierra".
Abruptamente, los pilotos recibieron la orden de retirarse: el maravilloso
diamante cobró altura y comenzó a alejarse. Los veintitrés helicópteros
provenientes de otras bases aparte de Fort Hood regresaron a sus bases. Es de
suponer que si el objeto se hubiese estrellado, los "boinas azules" habrían
asegurado la zona para recuperar el objeto. Al igual que en el caso de "Jeff",
todos los pilotos fueron trasladados a otras instalaciones militares. "Tony" fue
a parar en Alemania.
Es muy probable que este incidente esté relacionado con el caso Cash-Landrum, sucedido a fines de 1980, en el que las emanaciones radiactivas de un objeto cuya descripción es casi idéntica afectaron a las señoras Betty Cash y Vicki Landrum, que estaban en la carretera cuando tuvieron el objeto no identificado frente a frente. El aparato consiguió remontar e iba escoltado por 23 helicópteros negros, como en el caso descrito por "Tony".
Las actividades de los "boinas azules" no están circunscritas a los EEUU, como se dijo anteriormente. Los elementos de este proyecto han estado presentes en distintas partes del mundo durante situaciones parecidas, muchas veces antes de que los gobiernos de los países implicados pudiesen reaccionar: en 1967, cuando un objeto de tres toneladas de peso y con forma de cubo fue hallado en Kutúm, en la república africana de Sudán, elementos de Moondust se personaron para la investigación. El 25 de marzo de 1968, según los documentos obtenidos bajo FOIA por el sargento Stone, cuatro objetos cayeron en una región del Nepal.
La embajada estadounidense en Katmandú envió un mensaje en clave para alertar al 1127º Grupo de Actividades de Campo de la USAF en el fuerte Belvoir que podrían contar "con la plena colaboración del gobierno nepalés" en sus pesquisas. Aunque gran parte del mensaje ha sido eliminado, se entiende por el texto de que los objetos fueron enviados a EEUU y que eran de procedencia netamente terrestre.
A comienzos de los 70 estuvieron en Vietnam, donde rescataron un bombardero B-52 que supuestamente había sido derribado por un OVNI; en 1978 se personaron en las estepas canadienses tras el estrellamiento del satélite nuclear soviético Cosmos 956. Los fondos para costear sus operaciones no aparecen en ninguna de las partidas presupuestarias del gobierno federal, claro está, al igual que sucede con los fondos destinados para el desarrollo de superaviones como el Aurora.
Los rescatadores de OVNIS obtienen sus fondos del celebérrimo "presupuesto negro" (black budget, en inglés) cuyo monto supuestamente asciende a $16 billones USD, libres de la fiscalización del Congreso estadounidense.
Conclusión
¿Y qué ha sido de los ovnis supuestamente recobrados por estos servicios militares? Desde 1990 se rumora que vienen formando parte de una colección de al menos nueve vehículos localizados en la base Groom Lake del estado de Nevada, y que el estudio de su tecnología avanzada ha permitido que EEUU desarrolle su propio platillo volador y a las mejoras en las nuevas generaciones de aviones espía (los proyectos Senior Citizen, TR-3B, etc.). Naturalmente, las autoridades niegan todo esto.
Los "boinas azules" constituyeron el cuerpo de seguridad de Groom Lake hasta su reemplazo por guardias privados de especialidad con autorización para hacer uso de fuerza mortal contra cualquier insensato que se atreva a franquear al perímetro de la base sin la autorización correspondiente.
Cierto o falso, el hecho es que hay un grupo secreto de profesionales encargados de la apropiación de ingenios aeroespaciales que caen en cualquier lugar donde sea posible recuperarlos lo antes posible y a cualquier costo. Puesto que la desaparición de la Unión Soviética ha reducido la actividad espacial rusa en cierto grado, es muy posible que cualquier aparato recuperado de ahora en adelante pueda ser con marcadas excepciones.
Escrito por Eduardo Mendoza P.
Scott Corrales
Bradford Estados Unidos
lornis1@earthlink.net