Verguenza Humana

Miraba un programa científico donde se estaba estudiando el madero en el que Jesús fue crucificado. Apenas verlo, antes de oír siquiera lo que decían los narradores, mis ojos se llenaron de lágrimas y sentí un profundo dolor. No soy religiosa, creer me cuesta mucho, podría decir que soy un poco agnóstica sin serlo realmente, las razones son largas de explicar y prefiero dejar este punto aquí. Lo que sí puedo explicar es lo que sentí cuando recordé la depredación, el sadismo y la falta de sensibilidad con que fue tratado Jesús el día de su crucifixión. Cada latigazo, cada golpe, cada espina, cada clavo y todos los escarnios sufridos por el Maestro Jesús, me hacen preguntar si alguien lo entendió o lo entiende, si alguien lo sufre y lo analiza. No parece que el hombre mejore con el tiempo, un buen vino puede resultar delicioso si está bien añejado, pero el hombre a través de los siglos sólo enfría su alma más y más, va perdiendo sus valores espirituales, avanza en cambios tecnológicos a pasos agigantados, pero no logra encontrar el camino del amor universal. Nunca es bueno generalizar, muchos seres humanos por supuesto escapan a ésta crítica, aunque, bueno.no sé en realidad si son muchos. pero que los hay los hay. Y es por ellos que vale la pena pensar y actuar. Más de 2000 años después de su muerte, Jesús sigue siendo un símbolo. Para unos el hijo de Dios, para otros un Maestro ascendido, y sin lugar a duda, para todos, un hombre que se elevó del común denominador de los mortales para dejarle un legado a la humanidad. Si nos detenemos a pensar por un momento en la muerte de Jesús, más allá de los incontables dolores físicos que padeció, podemos sentir los profundos dolores espirituales que tuvo quien estaba entregando su vida para demostrar su fe en algo superior a lo conocido por el hombre. Es muy probable que siendo un ser dotado de poderes especiales, Jesús hubiera podido, si hubiera sido su voluntad, evitar el sufrimiento inenarrable de su cuerpo. Pero no usó esos poderes y no cabe duda de los infrahumanos dolores que padeció durante todo el castigo previo a la crucifixión y durante ella. Nunca entendí porqué no hizo uso de sus poderes para evitar el dolor, aunque presumo que el tormento, fue parte de su elección para ir más allá del dolor físico, ya que éste no puede compararse nunca al dolor espiritual. Ese dolor espiritual, la vejación de ser castigado por creer en algo, la terrorífica elección de los hombres al escoger a Barrabás un ladrón reconocido en lugar de defender a Jesús que aún si no lo entendían, no hacía daño sino bien, en su tránsito por la vida terrena, ese dolor del salvajismo e ignorancia del hombre, es lo que hace pensar en la vergüenza humana. Al sentirme parte del género humano, consciente de la brutalidad del hombre contra el hombre, siento vergüenza profunda y dolor en el corazón cuando intento acercarme a Jesús. ¿Como atreverse a pedirle ayuda o consuelo después de lo que hicimos? La sangre sube al rostro y las lágrimas humedecen los ojos al decir: ¡Jesús! Entiendo que no es así para la mayoría de la gente, y que invocar al Maestro es considerado una muestra de amor y quizás de respeto. Pero. ¿alguien recuerda que somos los descendientes de aquellos que lo mataron? -«Quien esté libre de culpa que arroje la primera piedra.» ¿Estamos libres de culpa? Yo no. No siento la libertad de acercarme a Jesús para pedirle nada. Automáticamente cuando pienso en Jesús, la primer apalabra que acude a mis labios es.perdón. Muchos han sido los Maestros que vinieron al mundo a enseñarnos a ver la luz y siguen viniendo todavía, y a la mayoría de ellos los hemos asesinado, perseguido, lastimado. No sé si el hombre aprenda algún día a ver la luz. La única forma de ello será sin duda el cambio de ser soberbio a tener, vergüenza humana. A lo mejor así entendemos las ecuaciones correspondientes a nuestra misión en la Tierra durante el tránsito que nos toque en ésta parte del Universo. Ni qué hablar del uso y abuso que luego de su muerte han hecho aquellos hombres que considerándose a sí mismos sus seguidores, han elevado templos incontables a la memoria de quien específicamente pidió que no los hicieran. Ni aún muerto y luego de su sacrificio, fue comprendido Jesús en sus maravillosas parábolas. No quieren verlo como hombre, y tampoco aceptan sus lecciones, ¿En qué momento dijo Jesús que el hombre no tenía que tener mujer ni hijos? ¿Porqué unos pocos seres humanos creen que la pureza está en el celibato? ¿Existiría el hombre si no hubiera procreación? ¿Estará contento Jesús al ver el derroche y la adoración de imágenes a que conlleva la religión católica? No, no, no, no, nada de lo que hacemos es lo que Jesús enseñó. Amor y entrega es la enseñanza que nos dejó el Maestro. Invoquémoslo para que nos enseñe a ser mejores cada día con nuestro prójimo y con nosotros mismos, en lugar de sólo pedirle que resuelva nuestros problemas. Si caminamos en la luz, la solución a todo obstáculo en nuestras vidas vendrá por añadidura. Si caminamos en la sombra, ningún golpe de pecho ayudará. El mundo sólo puede ser salvado a través del amor, la generosidad, la comprensión de nosotros mismos y hacia nuestros semejantes. El hombre es una criatura perfecta en su forma física pero imperfecto en su ser espiritual, y esa es la parte que tenemos que cultivar día a día para poder decir en paz: ¡Jesús.ayúdame a cargar el peso que me agobia! Sandra Lía Bonsaver Formación esotérica en Internet Instituto Virtual Esotérico http://www.exoteriq.com