Los aficionados al cine pueden imaginarse fácilmente la sensación de desubicación que debe haber tenido Dorothy cuando fue sacada de Kansas y llevada a la misteriosa tierra de Oz. Esa sensación, dice la especialista británica en ovnis Jenny Randles, puede asemejarse a las percepciones experimentadas por las personas que tuvieron encuentros con objetos voladores no identificados. Randles dice que sus estudios demuestran que muchos testigos de ovnis experimentaron lo que ella denomina el factor de Oz, "una sensación de aislamiento sensorial y temporal en la que el testigo siente que el ovni lo succionó hacia una especie de vacío donde sólo él y el fenómeno coexisten". Esto podría ocurrir, ella supone, cuando una persona que se encuentra en un estado emocional muy por debajo de la conciencia normal de la realidad interpreta alguna condición, objeto o acontecimiento (un planeta brillante, por ejemplo) como si fuera preternatural en origen.
Randles teoriza que en algunos casos raros la impresión subjetiva del testigo es lo suficientemente fuerte para manipular la realidad objetiva. En otras palabras, una persona que se encuentra bajo el influjo del factor de Oz en realidad podría fotografiar algo que ve, aunque no exista en un sentido totalmente objetivo.
La teoría de Randles, que es rechazada por muchos investigadores, no descarta el contacto con extraterrestres. Podría ser, dice ella, que seres de otros mundos estén contactados a los humanos a través de la consciencia sola y no mediante una tecnología sofisticada. Estos seres extraterrestres pueden en cierta forma inducir a un hecho subjetivamente real de un encuentro. Si esto fuera así, una persona muy sensible podría servir como una especie de receptor de radio de mensajes cósmicos.
Cortesía de Mystery Planet
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