A Juan le encantaba navegar en su canoa por el río.
Un buen día temprano en la mañana, comenzó a hacerlo.
Al poco rato de estar navegando y mientras estaba dedicado a escuchar los cantos
de las aves posadas en los árboles de las riberas, notó que la corriente del río
comenzaba a cambiar. No le prestó atención y continuó remando y escuchando a las
aves cantar.
Un rato más tarde y mientras contemplaba maravillado la frondosa vegetación que
enmarcaba al río, comenzó a notar que la corriente se volvía gradualmente más
rápida. No le prestó atención y continuó remando y embelesándose con la
vegetación.
Un rato más tarde y mientras estaba ensimismado en sus pensamientos recordando
la magnífica noche de amor que había vivido con su pareja, comenzó a notar que
aparecían algunas rocas emergiendo del río. No le prestó atención y continuó
remando y recordando su noche de amor.
Un rato más tarde y mientras hacía planes para el siguiente fin de semana, notó
que la velocidad de la corriente aumentaba rápidamente. No le prestó atención y
continuó remando y haciendo planes.
Un rato más tarde y mientras se dedicaba a observar unas nubes de hermosas
formas en el cielo, notó un ruido extraño que aumentaba a cada instante. No le
prestó atención y continuó remando y observando las nubes.
Un rato más tarde, la velocidad del agua aumentó mucho más, el ruido se volvió
ensordecedor ... ¡y Juan se precipitó por una catarata!
Algunas personas acostumbran volverse sordas y ciegas a las señales de que
"algo" se aproxima a sus vidas.
Hay quienes estando en una relación de pareja, se niegan a "enterarse" de lo
que está sucediendo. No se enteran de que la comunicación se ha empobrecido, de
que la pasión ha disminuído, de que los gestos de ternura han desaparecido, de
que el compañerismo se ha ausentado. Y un buen día, se encuentran sorprendidos
ante una crisis.
Hay quienes se niegan a "enterarse" de las señales que sus organismos están
enviando. No se enteran de que algunos malestares se han vuelto recurrentes, de
que tal dolor se repite con cada vez mayor frecuencia, de que el nivel de estrés
ha aumentado dramáticamente. Y un buen día, se encuentran sorprendidos ante una
crisis.
Hay quienes estando en una profesión o actividad laboral, se niegan a
"enterarse" de lo que está sucediendo. No se enteran de que se sienten cada vez
más insatisfechos, de que el rendimiento económico ha disminuído, de que la
empresa ha comenzado a tener problemas, de que sus clientes ya no les solicitan
tan frecuentemente como antes. Y un buen día, se encuentran sorprendidos ante
una crisis.
¡Y si nos negamos a "enterarnos" de las señales, nos autocondenamos a
precipitarnos por la catarata!
¡Y cuántas frustraciones, enojos, sufrimientos y dolores podríamos haber evitado
si nos hubiéramos enterado a tiempo!
Si bien el pre-ver puede que no nos permita evitar vivir una determinada
experiencia, sí nos permite elegir la actitud adecuada ante ella y de ese modo,
podemos cambiar los resultados.
Las experiencias que vivimos están preestablecidas por nuestra Alma y ellas se
pre-anuncian en el programa de vida que podemos conocer a través de nuestra
Carta Natal.
Son "materias" que debemos rendir sí o sí.
Pero (y este "pero" es clave), nosotros elegimos cómo las aprenderemos. Una
materia bien aprendida nos facilitará madurar, modificar aspectos no deseados de
nuestra personalidad y avanzar en nuestro proceso evolutivo. Una materia mal
aprendida, en cambio, nos provocará estados psicológicos, físicos, emocionales y
existenciales no deseados.
Si prevemos una crisis de pareja y actuamos adecuadamente, probablemente
salgamos de la crisis con el vínculo renovado y fortalecido.
Si prevemos una crisis profesional y actuamos adecuadamente, probablemente
salgamos de la crisis con un enfoque nuevo y mucho más satisfactorio.
Si prevemos una crisis orgánica y actuamos adecuadamente, probablemente salgamos
de la crisis con una calidad de vida mejorada.
Es por todo ello, que en la consulta astrológica o con el Tarot siempre hago
hincapié en lo predictivo (lo que va a ocurrir) y simultáneamente sugiero vías
de acción para sacar el máximo provecho a la experiencia.
Piensa en alguna oportunidad en que por diferentes motivos (distracción, miedo,
etc.), evitaste "enterarte" de algo y recuerda cuáles fueron los resultados. A
continuación, piensa en qué hubiera sucedido si te hubieras enterado a tiempo y
tomado las medidas correctas. ¿Verdad que muchas cosas habrían resultado
distintas a como fueron?
Todos tenemos en nuestras vidas varias cataratas por delante y todos poseemos
las posibilidades de evitar precipitarnos o al menos, proveernos de un buen
chaleco salvavidas.
Si quieres opinar o preguntar sobre el tema de este artículo o sobre cualquier
otro, dispones del CONSULTORIO EN LÍNEA y para mi será un gusto responderte.
Un abrazo,
Alberto Suarez
Para comunicarte conmigo:
albertomsuarez@gmail.com
astrologoalbertosuarez@hotmail.com