Ya nadie discute si existen o no los daños producidos por trabajos de magia negra o brujería, pues ha sido demostrado científicamente en laboratorio de Estados Unidos que todo pensamiento de agresión y odio influye sobre los seres vivos de manera destructiva. Las plantas se secan, los animales enferman y mueren y los seres humanos comienzan a ser perseguidos por la mala suerte, extrañas dolencias, depresión, miedos, pesadillas, irritabilidad, etc., siendo los niños y las personas mayores los más perjudicados. Si el daño o trabajo de magia negra persistiera surgirían en poco tiempo propensión a accidentes, enfermedades y una notable mala suerte en general.
Daños inconscientes o involuntarios: la envidia Cuando una persona se enoja fuertemente en contra de otra, sin quererlo está influyendo mentalmente de manera perjudicial sobre aquella. Si persistiera en su agresividad psíquica progresivamente ira invadiendo la mente de la otra persona con influencias mentales cada vez más negativas y cuya acumulación en la mente de la víctima desembocará inexorablemente en un desequilibrio psíquico y físico cada vez mayor.
De todas las influencias y daños mentales involuntarios que una persona puede hacer sobre otra, la envidia es la más común. La envidia es un deseo inconsciente de muerte en contra de otra persona, un deseo de que la persona que le despierta envidia al agresor desaparezca o se destruya cuanto antes. Muchas veces sin darse cuenta, los envidiosos dañan mentalmente a sus víctimas en forma muy intensa, y por lo general ignoran el gran mal que provocan. Las personas muy envidiadas tarde o temprano sucumben a estas maléficas influencias y la vida y destino de ellas y de quienes las rodean se ven así amenazada y perjudicada.
Daños concientes y voluntarios: los brujos En estos casos la persona que envidia u odia a otra utiliza por sí misma o a través de otras personas distintas técnicas de magia negra o brujería para causar el mayor daño posible sobre la víctima. Estos daños, concientemente ejecutados, son los que poseen efectos devastadores, debido a su gran potencia. La víctima en este caso se halla totalmente indefensa frente a su agresor psíquico, quien si insiste puede inferir grandes daños sobre ella hasta destruirla totalmente, produciéndole todo tipo de desastres familiares o económicos, graves enfermedades, accidentes e incluso llevarla a la locura o al suicidio. En los últimos años, han aumentado peligrosamente a nivel mundial las personas o grupos que emplean este tipo de ataques, por lo tanto el número de víctimas aumenta día a día. Aunque la gran mayoría desconoce las poderosas fuerzas ocultas que la circundan, los daños de magia negra son mucho más frecuentes de lo que la gente cree.
Las víctimas generalmente no se dan cuenta del daño recibido Las personas que son víctimas de brujerías o trabajos de magia negra muchas veces ignoran las verdaderas causas de sus desgracias por desconocimiento o incredulidad con respecto a estos temas estas personas permanecen impotentes e ignorantes de lo que realmente les ocurre, mientras sus atacantes se ensañan mentalmente contra ellas. El hecho de que la víctima permanezca ignorante de que está siendo dañada mentalmente constituye una gran ventaja para el agresor, quien jugará con ella como el gato con el ratón.
Parapsicólogo Profesor Herrou Aragón