Sabemos que la verdadera naturaleza del Ser es la armonía perfecta e inmutable.
Esta es una Verdad absoluta, y nada puede cambiarla.
Claro está que podemos aceptar ideas erradas acerca de la Verdad, y en tanto que aceptemos tales errores, tenemos que vivir esclavizados por ellos.
También le damos cabida al miedo, y el miedo no es más que una falta de confianza y fe en Dios.
Entonces al fin, nos decidimos a orar volviéndonos hacia Dios y realizando la verdad lo mejor que podemos.
Tan pronto como hacemos esto, comienza la acción de Dios, comienzan a evaporarse nuestros temores, y la falsa condición comienza a mejorar sostenidamente. Así, la Verdad del Ser y la bondad de Dios son revindicadas una vez más en nuestras vidas.
Cuando parezca que ciertas personas nos han injuriado, en vez de pensar en ello con resentimiento, debemos expulsar de nuestra mente todos los pensamientos en cuestión, realizando la bondad y armonía de Dios en nosotros y en el agresor.
Esto no sólo subsana por completo la condición, sino que también nos trae gran progreso espiritual.
Aprendamos a vivir por encima de las tensiones que plagan la conciencia de los pueblos del mundo.
No hay manera de sobrevivir en paz si se vive por debajo de la
"línea de flotación", donde reside el miedo y toda índole de angustias, intolerancias, odios, ira, rebeliones y envidias.
El que hace esto se convierte en parte de la "creación masiva" y de la "mente de la masa"; estará en el fondo del "foso" de la creación humana en vez de en la cima.
Estando en la cima se podrá dejar caer una soga (Enseñanza Metafísica) a quienes se encuentra debajo, mediante la cual podrán ser elevados (por su aceptación) y ser sacados de la oscuridad de la iniquidad humana, llevándolos a "La Luz de Dios que Nunca Falla".
Por: Juan Orsini
Círculo Metafísico Argentino