La idea de la muerte ha sido de las mentiras más negras y lucrativas de la historia de la humanidad. Negra porque ha representado la ignorancia de la mente humana y la falta de confianza en la propia vida. Lucrativa, porque esta idea no ha sido otra cosa que un medio más para limitar al ser humano y permitir que otros se beneficien de la sombra.
Dos han sido las más importantes teorías que fomentan la idea de la muerte:
1.- la que considera que después de esta vida, Dios hace un juicio e impone un castigo o premio.
2.- la idea materialista que considera que al morir ya no existe más la persona, ni su alma, ni su cuerpo.
Los argumentos que manejan ya sean teológicos o científicos no son suficientes para que el Ocultismo considere ciertas estas posturas, la primera porque es injusta: al hacer un juicio e imponer un premio o un castigo por vivir sólo una vida, comprendiendo que el ser humano es imperfecto y la ley demasiado severa: ¿cuál ha de ser el veredicto?
La segunda es más necia, si nos hemos de basar en el cuerpo físico para tratar el tema de la muerte, debemos recordar que la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma, por ello no existe muerte, porque el cuerpo tampoco muere, sólo se transforma en otro tipo de materia. La mente y los sentimientos también son materia, pero un tipo de materia más sutil, digamos, más ?elevada? y no deja de ser materia; por ello tampoco muere, sólo se transforma.
Esto es complicado, pero trataré de explicarlo. Lo que llamamos espíritu es un tipo de materia que ha evolucionado a tal punto de que es muy poco perceptible para los sentidos humanos, es parecida a la electricidad que necesita un cuerpo físico (el foco) para que podamos verla; sin ese foco es improbable que la veamos ya que se dispersa, pero no quiere decir que no exista esa energía llamada electricidad. Así el espíritu es un tipo de energía, pero más compleja, por ello es difícil que se mezcle con otro tipo de energía que no sea como la suya. Al morir la persona, su espíritu se va a un lugar donde está el cúmulo de espíritus (los romanos lo llamaron limbo). Pero la energía circula siempre en un afán natural de evolución, así que regresa a la tierra a perfeccionar esa misma energía (espíritu) a través de las experiencias que tenga el cuerpo material. Así sucesivamente en descarnación (mal llamada: muerte) y encarnación, el espíritu se perfecciona, para los hindús: se encuentra a sí mismo tal y como era primigeniamente.
Todo en el universo es energía, incluso el espíritu, sólo cambian los tipos de esta energía, por ello hay energía tan compleja y tan incomprensible que la ciencia moderna no puede concebirla, lo mismo ocurrió con el átomo, no se creía que pudiera existir y sin embargo existía.
Abreviando puedo decir que el espíritu deja el cuerpo material (descarnación) para integrarse a la energía donde proviene, pero no permanece ahí por siempre, sino que regresa a seguir evolucionando aquí en la tierra (encarna); este proceso será sucesivo hasta que el espíritu esté tan perfeccionado que ya no tenga que regresar más y forme parte de otro tipo de energía mucho menos comprensible.
Es cierto que se piensa que para conocer lo que ocurre después de la muerte, se tiene que regresar de ella. Sin embargo el conocimiento de la vida, sus leyes y su estructura, nos permite saber más de lo que una persona puede experimentar cuando ?muere?.
Creer en la muerte es vivir en la sombra cuando a un lado tocan los rayos del sol. Creer en que nunca se muere no es más que un tipo de autoconciencia que va más allá de lo que ven los ojos y quieren tocar las manos.
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